jueves, 12 de abril de 2012

Una descarga emocional...


Iba a hacer uso de mi viejo Fotolog para este texto, pero ya que no recuerdo mi contraseña , he decidido ponerlo aquí:

Hay muchas sensaciones y emociones que no he tenido el valor de decir en el último año. Ha habido demasiados cambios de emociones, con muchas ganas de continuar y salir adelante, y también muchos derrumbes escondida en mi habitación para que nadie supiera que estaba pasando. Pero hoy hay muchas cosas que me pesan y que tengo la necesidad de decir, aunque esa por escrito,, porque tal vez así muchas personas que valoro y aprecio pueden entenderme.

En Cartagena tengo a mi familia y a mis amigos de siempre; los que están siempre ahí, desde hace alrededor de 19 años, y los que se han ido añadiendo después y no por ello menos importantes. Cartagena era mi vida y lo era todo, pero eso no implica que allí fuera feliz.
Hace ya bastantes meses que me he desvinculado de mi ciudad natal porque me cuesta sacar una sonrisa cuando estoy allí. Cada esquina, cada barrio o cada lugar me recuerdan más cosas malas que buenas, a pesar de las risas y los recuerdos bonitos que pueda tener. A día de hoy aún sigo pendiente de matrículas y personas que son parte (y gracias a Dios…) del pasado, pero que por la vinculación que le tengo a esa ciudad no puedo darle al off y quitar el automático.
Y por ese imán, o por lo de que las ciudades a veces son demasiado pequeñas, te encuentras con personas que no quieres volver a ver en tu vida, porque te da rabia tan sólo recordar que alguien que no merece ni la pena haya formado parte, en menor o mayor medida, de tu vida. En esos momentos intento omitir lo que veo, pensar en otra cosa, pero son imágenes que se te quedan grabadas quieras o no; y los que me conocen bien saben que nunca ha sido mi fuerte pasar de esos momentos y borrarlos sin darle más importancia.
Por suerte a día de hoy en mi familia todo ha cambiado y les hecho mucho de menos,  a pesar de que son los principales que pagan el pato por bajar apenas una vez al mes a verles. Entiendo las broncas de mi madre cuando me dice que para un fin de semana que tengo libre, que no baje ni a verla. Pero es que se me hace muy difícil.

Se me hace difícil porque cuando salgo de allí me viene todo de golpe y no consigo apartarlo. Se me hace difícil también no bajar, porque mis amigos no se imaginan lo que les echo de menos en muchísimos momentos; en esos que sólo tengo un teléfono para hablar con ellos, y muchas veces ni me lo cogen porque están ocupados, y me quedo con las ganas de escucharles y sentir que siguen estando allí. Entiendo que muchos no me llamen cuando hacen planes, sin saber siquiera si estoy o no allí, porque muchas veces hago visitas express pasando el menor tiempo posible en Cartagena.  Entiendo que también se enfaden cuando surge algo a última hora y les dejo tirados, aunque no les cuente todo lo que sucede en esos momentos porque no esté en condiciones de hablar del todo y crean que invento excusas. No se imaginan la rabia que me da ver que me estoy perdiendo grandes momentos por la situación en la que me encuentro, y por las decisiones difíciles a las que me tengo que enfrentar en los próximos meses.

Desde aquí sólo quiero decir que sigo estando como antes, que si alguna vez me necesitan estaré lo más cerca que me sea posible y que les sigo queriendo tanto  o incluso más, que antes. Y espero que después de este texto los que bien me conocen sepan de qué se tratan los mensajes entre líneas.

Os quiero